domingo, 19 de septiembre de 2010

A sólo 9.4 kilómetros

Había cierto morbo, tensioncilla en el ambiente, acerca del debut del senior masculino en esta pretemporada frente al equipo de Boadilla Tasmán. Mi compañero de columna Antifón se había encargado de generar en MdT esta sensación de expectativa ante lo que él percibe como un enfrentamiento más allá del propio partido de rugby: un choque de estilos, de filosofías, de espíritus.

Lo cierto es que no creo que en la planificación de los entrenadores se hubiera prestado demasiada atención al trasfondo que guardaba el partido, más bien se esperaba de Boadilla un digno rival frente al cual poner en marcha una campaña que ha de pasar por actualizar, rejuvenecer y dinamizar el juego obsoleto en algunas facetas de los majariegos y dar entrada a las tan esperadas y valiosas incorporaciones a una plantilla que dominó la competición regional el año pasado. No olvidemos que la Liga empieza en 4 semanas, mucho más de lo que lleva el equipo entrenando desde el pasado 2 de septiembre y que francamente hasta ahora el centro del trabajo ha sido físico/técnico y no táctico. Ahora bien, a toro pasado, coincido en resaltar la enorme diferencia en las cualidades intrínsecas de ambos clubes.

Para empezar, el modo de hacer ambas convocatorias fue totalmente opuesto. El equipo visitante se presentó con todo su equipo senior, este año especialmente amplio al incluir a los que podrían ser sub20 en equipo independiente. Parecían Los Inhumanos calentando, y la verdad, como aquellos, dudo mucho que se conocieran todos los que saltaron al escenario... Los majariegos sin embargo presentaron una escueta convocatoria de 22 jugadores, que podría haber sido un guiño a la seriedad que se le quiso dar al partido... si no fuera porque, siendo honestos, no creo que hubiese demasiados jugadores disponibles que a día de hoy puedan saltar al campo junto a los 22 de ayer sin demostrar una diferencia de nivel notable. Hete aquí la primera de las diferencias que cae pesádamente con gravidez jupiteriana: Boadilla es un conjunto construido desde categorías inferiores en torno a un esquema de juego al que se van acoplando más y más jugadores hasta alcanzar la masa crítica que les ha hecho destacar el año pasado en segunda regional, y por lo visto ayer les lanza con fuerza al panorama de primer nivel en la competición territorial. Majadahonda, sin embargo, ha sido y es casi siempre un conjunto basado en sus jugadores por encima de referenciales de juego y disposiciones tácticas. No es que no haya un estilo ni un carácter definido, sino que éste emana fundamentalmente de ciertos jugadores clave y que bloquea de manera sútil la incorporación de nuevos jugadores que no partan de un nivel parejo. La separación de primer y segundo equipo tiene sus ventajas y sus inconvenientes, sin duda. Entre los segundos está la introducción de un escalón más de aislamiento entre escuela y primer equipo. El bagaje con el que llegan los jugadores formados en categorías inferiores será más o menos amplio (y eso que ahora empezamos a ver con los senior algunos que empezaron en benjamines), pero carece absolutamente de una propuesta de juego con la que ellos se sientan cómodos y les sirva de soporte en el difícil empeño de desplazar a jugadores consagrados. Al revés que Boadilla, donde los frutos de su Escuela llegan jugando a esto mucho mejor que los viejos y además se acoplan perfectamente al esquema que conocen y dominan desde hace varios años...

En el partido Boadilla hizo lo que debía hacer, desplazar el balón a la máxima velocidad posible para agotar a un Majadahonda aún lejos de un estado de forma bueno, sencillez en el planteamiento de juego al pie para salir de campo propio, y presión en defensa para aprovechar en rápidos contraataques los (numerosos) errores del rival. Es lo que tenía que hacer, y lo hizo francamente bien. Buen planteamiento y excelente ejecución.

Majadahonda vive desde hace tiempo en un continuo ataque de ansiedad. No es capaz de controlar el tiempo de juego, pararse, reflexionar, leer el rival y la situación. Parece que teme que se le cale el motor si no aprieta el pedal del acelerador a tope... Me consta que bajo algunos entrenadores esa ha sido la consigna principal, pero no era el caso ayer: Lucho había asignado una tarea mucho más lógica, pausada y sencilla que los jugadores no consiguieron llevar a cabo. La cara positiva, y créanme, buena parte de lo que motiva al personal y tal vez sea la auténtica morfina de este equipo, fue que los jugadores demostraron orgullo suficiente para remontar en 30 minutos un partido que tenían claramente perdido a base de aumentar la presión delante y provocar un sinfin de faltas del rival. En esto, la verdad, los majariegos son auténticos maestros. La pasión por ganar es el ADN del Valle del Arcipreste.

Los estilos de juego de Boadilla y Majadahonda son tan distintos como la noche y el día. No hay duda de que ambos son válidos y los resultados están ahí... pero siempre existirá el debate sobre la calidad vs el pragmatismo. Para mí, si Majadahonda tuviera que sacar alguna conclusión del partido de ayer, no sería precisamente del equipo senior en sí, sino de la incapacidad del Club para integrar los frutos de su Escuela satisfactoriamente en el primer equipo. Parece mentira que en eso seamos tan distintos, si sólo nos separan 9.4 kilómetros.


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5 comentarios:

Anónimo dijo...

Ha vuelto Garganta Profunda!!

Anónimo dijo...

Me encantó el partido. De los mejores equipos que han pasado últimamente por el Valle del Arcipreste. Nos dieron un baño de clase. Aunque sin desmerecer a los nuestros ganó el oficio y el compromiso. Increíble la mejoría con respecto al año pasado de los de Boadilla.

Anónimo dijo...

No puedo estar mas de acuerdo. Esto nos debe hacer reflexionar sobre el trabajo de la escuela, sobre todo en juveniles. Un saludo.Umbral

Antifón dijo...

Hay sin duda una enfermedad patológica en el club, (que no es fruto de un nivel intermedio de desarrollo).
Agonizamos en nuestra incapacidad de lectura del juego, que ocultamos/aplazamos/y engañamos con sistemas de entrenadores y la tremenda fuerza, lucha,y motivación personal de los jugadores.

Anónimo dijo...

Que manera mas elegante de decir " tontos pero brutos". Un saludo. Umbral