Cierre temporal 2

El silencio y la palabra no son conceptos opuestos. Se necesitan para expresar y sobrevivir.

Con el gran apoyo de Garganta Profunda, con el que probablemente nunca llegue a estar de acuerdo pero con el que comparto grandes dosis de análisis, Mauldetouch.com ha sido fiel a una manera de proyectar esa comunicación como un buen ejercicio de aprendizaje. Cual dialéctica griega nuestros escritos han estado fundamentados siempre sobre un principio de diálogo crítico, en la que muchas de las tesis y anti-tesis expuestas han servido para desmontar y analizar nuestra realidad como club. Con gran cuidado retórico, nuestra postura siempre ha sido radical, porque cualquier esfuerzo argumentativo y participativo es la base para implementar nuevas posturas y conocimientos. De ahí, que siempre hubiéramos buscado la susceptibilidad herida del lector y la respuesta libre sostenida incluso cuando esta fuera agresiva u anónima. Lo importante, - y lo que queda-, es el proceso lógico de miles de pequeñas argumentaciones sostenidas.

Los creadores de otro blog “no oficial” del CRM que sale ahora(presentado eso sí por medios oficiales), al cual doy la enhorabuena y muestro todos mis respetos, se vaticinan como agoreros de “una nueva etapa comunicativa” para seguir progresando con más talante. Analogías a parte, el opuesto al estilo directo y agresivo de nuestro blog surge sin embagro de la misma génesis; La mala y escasa información en forma textual digital y publicitaria de nuestro club.
Se desvela en ese blog, el peligroso estilo de la generación “blackberry”, que en consonancia con lo heredado en sus años de formación majariega, se presentan como un rugby de corazón, “un rugby no elitista”, “un rugby de su gente”, un rugby de tercer tiempo…
Valores a los que me rindo; -temporalmente-, por incapacidad por luchar contra una enfermedad vírica que el rinoceronte lleva incorporada. Enfermedad que ha tergiversado los valores positivos de la competición y la superación personal en casi todas nuestras categorías. Una preocupante inversión en el proceso de formación de l@s jugador@s; donde primero deberían ser personas, después deportistas, después jugador@s de rugby, y último pero muy último jugador@s de CLUB. Acogidos a un modelo invertido, hemos hecho dogma de una manera de ver el rugby que nos impide la incorporación de nuevas tendencias y formas de pensar el deporte. Para mayor escarnio, los buenos resultados de nuestros primeros equipos llevan a la confusión del oasis en mitad del desierto y pueden lamentablemente reforzar este camino escogido si es que lo hubiere.

El silencio se impone como un acto de rebeldía, como un interludio de esta obra musical donde falta la excelencia y sobra la pachanga de pueblo. Interludio que ojalá nos ayude a reflexionar sobre la incapacidad comunicativa del club de ordenar todas estas inercias y proyectarlas en un texto digital más moderno y actualizado. Y por otro, re-pensar el enfoque de las nuevas de-generaciones que deberían algún día relevar y mantener nuestra competencia deportiva.

No es un silencio apocalíptico, como digo y recalco es temporal. Un ejercicio de expresión, que espero retomar con la mítica frase de Fray Luis de León al recuperar su cátedra tras cinco años en prisión: “Cómo decíamos ayer…”